Desde que Rousseau (1712-1778) nos advirtió que “la Naturaleza es nuestro primer maestro” y debemos respetar sus límites, han sucedido muchas cosas en el mundo: crisis, revoluciones, guerras civiles y mundiales… Hoy nos enfrentamos a una crisis sanitaria, económica y vital como ninguna otra, a una gran amenaza que puede lastrar a toda una generación.

Pienso en nuestros mayores, en aquellos a los que les tocó emigrar, que trabajaron de sol a sol desde temprana edad para que no faltara un plato de comida caliente en casa. A menudo nos advertían “a su modo” de la gran incertidumbre del futuro, de cómo las cosas pueden cambiar de un día para otro, de la insostenibilidad de un modelo absolutamente desarrollista que contempla la Naturaleza como una fuente inagotable y que cree que cualquier cosa se puede solucionar con la tecnología. Quizás, a partir de ahorna sea más fácil de entender aquello que decía Francis Bacon “a la naturaleza solo se le domina obedeciéndola”.

Desgraciadamente, estamos viviendo en primera persona que, lo que nos decían, no era Ciencia Ficción. Como una pandemia que no hace distinciones, está arrebatando la vida de una gran parte de esa generación que nos estuvo advirtiendo y a la que no hicimos caso. Una generación única y admirable, honrada y trabajadora, que intentó transmitir su experiencia y sus valores, cada vez más escasos, y que luchó sin descanso para superar guerras, levantar países, sacar adelante a sus familias y construir los pilares de la democracia actual. 

No tengo palabras para describir el dolor y la pena de ver como cada día se nos se van, sin ni siquiera tener la oportunidad de despedirse y de abrazar a quienes se quedan con el alma rota.

Pero toca levantarse y seguir “trabajando para las personas” protegiendo y defendiendo los derechos de todas ellas, sobre todo, de las que más lo necesitan. Seguir apostando por la vida, por la solidaridad y por la igualdad, reivindicar 140 años de principios y valores socialistas y llegar a acuerdos para forjar un escudo social que proteja y garantice que nadie se caiga, que nadie se quede atrás.

Toca defender el Estado del Bienestar; defender la Sanidad Pública y a sus magníficos profesionales que llevan años denunciando recortes; defender nuestras Fuerzas de Seguridad, las de todos; defender nuestros Servicios Sociales y los derechos de quienes más lo necesitan; defender la Escuela Pública… frente a aquellos que seguirán apostando por un modelo económico que abandona los Servicios Públicos, que recorta y que privatiza todo lo que sea rentable. 

Toca exigir que en nuestro Ayuntamiento se tomen de una vez las decisiones oportunas y necesarias para paliar en parte los efectos de esta Crisis. No es momento de operaciones escaparate como el asfaltado de calles, es momento de invertir ese dinero y parte de la hucha del superávit en un “Plan de ayuda a la reactivación de la actividad económica”. Es lo que proponemos  y lo que apoyaremos, como ya hicimos  en su día cuando pedimos que se abriesen al público los Servicios Sociales, cuando solicitamos que se habilitase un teléfono de atención ciudadana 24 horas, que se canalizasen las propuestas de ayuda ciudadana o que se paralizasen los pagos de alquileres de vivienda pública.

No quiero concluir esta carta sin mi recuerdo y cariño a quienes ya no están y a sus familias y, sin un reconocimiento a todos los que estáis en primera línea cuidándonos y permitiendo que no nos falte de nada. Majadahonda ya no será nunca igual, Laureano ya no vendrá a vernos, Antonio ya no nos saludará sentado en el banco de enfrente del Ayuntamiento, faltarán muchos… pero como ya he dicho, toca levantarse. 

Ánimo y aquí estamos para lo que esté en nuestras manos.

Un fuerte abrazo.

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PSOE_revistaMpal_abril2020OK.pdf

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